La salida que hemos realizado a Tabarca ha cumplido todos sus objetivos sobradamente, y ha supuesto un fin de semana especialmente agradable, a lo que ha contribuído notoriamente la extraordinaria acogida que hemos tenido de Quini, que ha puesto su casa a nuestra disposición, alrededor de la cual ha girado la actividad que Cuadernos Viajeros tenía previsto realizar en la isla.
El mural, la noche mágica que realmente lo fue con la participación de la luna llena, de Feli, ayudada por cuadernistas, de las danzarinas del vientre, del Trovador y los intérpretes de nuestras historias y leyendas del lugar, y de todos los que colaboran que hacen de Cuadernos Viajeros algo mucho más allá que un simple grupo de pintura.
Preciosas fotos, las del atardecer…espectaculares.