Ayer a mediodía se dio por finalizado el 3º Encuentro de dibujantes urbanos en Elche. La exposición de los trabajos en los tendederos improvisados en el Passeig de les Eres de Santa Llúcia fue el broche final de la tercera edición de Dibujando entre Palmeras.
Después de tres días de contacto con toda la gente que ha participado y una vez que nos hemos despedido de los últimos en partir, venidos de fuera ( y de lejos) llega el momento de la reflexión y el análisis del desarrollo del Encuentro. La plena satisfacción que sentimos los organizadores por el alcance y la proyección que se ha logrado se está viendo apoyada por las felicitaciones y reconocimientos que estamos recibiendo. Todo el mundo se lo ha pasado bien. Todo el mundo ha aprendido. Nuestro objetivo se ha realizado: ¿Qué más podemos pedir?
Cuadernos Viajeros viene apostando desde su inicio por el dibujo realizado a pie de calle, codo con codo con los colegas; por la pedagogía horizontal en la que unos aprenden de otros; por estar abiertos a todo el mundo; por una auténtica democratización del arte; por compartir técnicas, dibujos y vivencias, no competir, y respetar al colega.
Y algo debemos de estar haciendo bien, con nuestra insistencia y machaconería, para que a la oferta de poner nuestro abierto estudio callejero ilicitano a disposición de la comunidad de dibujantes acudan, en buen número, toda clase de interesados, y en la exposición final podamos ver unos junto a otros, sin ninguna distinción, incluso sujetos a las cuerdas compartiendo la misma pinza en las esquinas, desde los dibujos descarnadamente sinceros de los niños hasta los de “Monstruos” de la plumilla y la ilustración, o de autores de cuadernos de viaje, o de libros pedagógicos que se venden en las librerías, o de avezados incansables cuadernistas, pasando por toda la escala tonal intermedia entre ambos polos. Ahora tenemos un problema: superar esto el año que viene. Tendremos ¡Ánimo!
(En los próximos días irán apareciendo nuevas entregas con noticias y fotos de Dibujando entre Palmeras)