El viernes es el día del frenesí. Hay que terminar el cuadro y los profesores intensifican, a su vez, las correcciones de los detalles. También es el día de las lágrimas y la depresión: es frecuente que cuadros prácticamente acabados se retiren porque el resultado no es el requerido, y ya queda poco tiempo para poder comenzar de nuevo. Hemos visto, en los años que venimos a Albarracín, muchas de estas historias, algunas protagonizadas por gente de nuestro grupo.
Este año, nuestra gente lo ha disfrutado como nunca, porque todos han realizado su obra con la aprobación y elogio de los profesores, y el viernes no ha sido un día trágico y lleno de prisas, sino todo lo contrario, de satisfacción y con tiempo de hacer tablillas de nuevos proyectos o ejercicios, o hacer dibujos en nuestro cuaderno viajero. Y eso nos habla de evolución y madurez, a lo que no debe ser extraño la práctica semanal del natural.
Como colofón, la conferencia, magistral como siempre, de Wifredo Rincón que hizo una exhaustiva exposición y análisis del paisaje en la pintura española. Al término de la misma, se procedió a la entrega de Diplomas y a la clausura del Curso.
Para celebrar el fin de curso, nos hemos reunido a cenar todos los del grupo de Cuadernos Viajeros, en la casa del Marqués de la Flauta Encantada, y lo pasamos muy bien. Con mojitos incluidos.
En atención a mi músico favorito, José Luis, veo muy bien que fuéseis a cenar a la casa del Marqués de la Flauta Encantada, pero ojito con las chorradas éstas, pueden hacernos mucho daño en nuestra preparación a la selva. ¡Grrrrr…! Ahora voy a leerme la siguiente jornada.