Hemos recibido un escrito de Lourdes Castro en el que nos dice que disfrutó muchísimo con la exposición de Cuadernos Viajeros, tanto más, porque no esperaba encontrarnos allí. Le ha gustado mucho la crítica aparecida en El Punto de las Artes, y con Rueda y Carlos tienen el objetivo de llevar al Espacio Ártico a sus alumnos de la asignatura de paisaje de la Facultad de Bellas Artes para que “vean en qué se traduce el amor al dibujo del natural”.
Jose Mª Rueda es pintor y Profesor Titular de Pintura de Paisaje en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid. Lourdes Castro es pintora y Profesora de Dibujo en el Centro Universitario Villanueva, adscrito a la UCM. Ellos dos, junto a nuestro conocido comisario Carlos Cartaxo, pintor y colaborador del Departamento de Pintura y Paloma Peláez también pintora y Profesora de Pintura en la misma Universidad, forman el equipo de profesorado del Curso Superior de Pintura de Paisaje que la Fundación Santa María organiza cada año en Albarracín, al cual llevamos asistiendo varias ediciones algunos componentes de Cuadernos Viajeros.
La presencia de Rueda y Lourdes en la inauguración de la exposición, queriendo compartir con todos nosotros esos momentos tan significativos, que a buen seguro, conservaremos en nuestra memoria para siempre, junto con el apoyo de Carlos, es algo que agradecemos infinitamente, pues nos aporta mucha fuerza y seguridad.
Lourdes nos desea mucha suerte, ánimo e “ilusión inquebrantable para seguir fieles, al pie del caballete”. Finalmente, “ Mi enhorabuena a todos, que capitaneados por Juan , hacéis tan buen oficio” y nos felicita sinceramente por “la preciosa paleta de PINTOR que modeláis entre todos”.
Gracias Lourdes, por tu presencia y tus bellas palabras de aliento y cariño.
Ayer jueves, 18 de octubre, me encontré con Paloma Peláez en los pasillos de la Facultad de Bellas Artes de la Complutense. La sorpresa de Paloma fué mortal. Y todo era preguntarnos qué podía haber pasado para que se «desborrara» de su blog la comunicación-invitación que yo le había colgado para nuestra expo en la Galería Espacio Ártico. Sintió sobremanera no haber estado con nosotros en la inauguración.
Después de resolver mis asuntos en Secretaría, que en todo momento Paloma me llevó de la mano, fuí a visitarla a su clase de Pintura: ¡impresionante bosque de caballetes y mesas rodeado de unos ventanales gigantescos! ¡impresionante trajín de alumnos con toda clase de botes abiertos! A pesar de estar lloviendo, la luz era descomunal. Y desde su despacho, en lo alto, la clase se divisaba a la perfección. Era emocionante asistir a las consultas que los futuros artistas venían a hacerle a Paloma al despacho, me daban ganas de abrazarlos a todos. ¡Poco sabían ellos lo que se les avecinaba! También miramos a ver si estaba de por allí José Mª Rueda, le debía una cerveza y quería solucionarlo antes de venirme. Estaba pachucho en casa y pude hablar con él por teléfono. Me contó su último chiste favorito: el de la mujer que felicitaba a su marido por tenerla más larga que los otros.
Cuando me despedí de Paloma me pidió que transmitiera a todos los de Cuadernos Viajeros su apoyo incondicional y lo cerquita que deseaba estar siempre de nosotros. ¡Qué bonito es hablar con Paloma, ama la Pintura como yo! ¡Y qué gran oportunidad la de podernos encontrar todos juntos en Albarracín cada verano: José Mª Rueda, Lourdes Castro, Paloma Peláez y Carlos Cartaxo. Los dioses a veces son espléndidos.